sábado, 11 de diciembre de 2010

Madrid y Navidad

... Uffff mucha gente por la calle. Todos de prisa y comprando sin descanso y de solo verles te entra un agobio que ni te imaginas.
A mi parecer el espíritu de la "NAVIDAD" ya esta presente y muy a pesar de aquellos que dicen que estamos en crisis por este barrio de Madrid ni se nota....
El 90% de las personas con quien me cruse iban cargados de bolsos de compras: Todos caminando muy de prisa y en sus miradas extrovertidas solo se podía ver mas y mas ganas de comprar.
Madrid siempre a sido como una cuidad que se vuelca con cualquier festividad así que las NAVIDADES no iba a ser de ningún motivo diferente.
Al pasar por unos grandes almacenes no resiti las ganas de entrar: Asi que un supiro y me metí de lleno: No podrán cree termine saliendo con dos bolsas una de rotas( pantalones,camisetas,etc.)y en la otra una tableta de interne. Estas que estan muy de moda ahora. Al acercarme a hechar un vistaso a dicho aparato se hacerca una encantadora dependienta (con unos ojos increíbles pero con el pelo como recién levantada)que siNSaludarme y nada de nada se dirigió a mi diciendome: VA A SER EL REGALO ESTRELLA DE ESTAS NAVIDADES y en ese mismo momento lo único que pude hacer fue sacar la visa oro y pagar.
Bueno lo sierto es que hasta ahora la dichosa TABLETA no se para que funciona ni que utilidad me aportara. Lo estoy estudiando

sábado, 29 de mayo de 2010

CATARATAS DE IGUAZU



Más anchas que las Victoria; más altas que las del Niágara. Son las cataratas de Iguazú, quizá las más bellas del planeta, el lugar donde nace el arco iris a cada instante, 275 cascadas para ver y también para oír

BRASIL-ARGENTINA
Iguazú, donde nace el arco iris
Desde el aire, la Garganta del Diablo es una enorme brecha por donde parece querer escapar toda el agua del planeta. Desde abajo, desde el mismo río Iguazú, una fuerza de la naturaleza, una furia indomable que se abalanza sobre el empequeñecido navegante que se atreve a llegar hasta sus mismísimas...

FERNANDO BAETA

La Garganta del Diablo, vista desde la lancha, se presenta como un torbellino irrepetible de agua, espuma y vapor, una concatenación de sonidos atronadores./ FERNANDO BAETA



... fauces. A mitad de camino, especialmente desde la orilla argentina, un torbellino irrepetible de agua, espuma y vapor, una concatenación de sonidos atronadores que envuelven al húmedo, estupefacto y poseído viajero hasta convertirlo en algo insignificante mientras observa con atención cómo cae la portentosa masa de agua, miles de metros cúbicos por segundo, en su imaginario e hipnotizante camino hasta el mismísimo centro de la Tierra.

Y es allí, en medio de cualquiera de esos instantes, ya sea muy de mañana, al mediodía o al atardecer, cuando nace de forma espontánea y reiterada el arco iris. Porque el arco iris nace en Iguazú, o al menos es entre sus cataratas donde encuentra su refugio ideal, el escenario terrenal idóneo, el lugar donde se siente auténtico, real, multicolor. Se le aparece al viajero cuando menos se lo espera, en cualquier rincón, en cualquier cascada, por muy pequeña que ésta sea, como si quisiera demostrar que también él forma parte de este paisaje sobrenatural.

Nacido en las montañas costeras de Paraná y Santa Catalina, en la Serra do Mar, el Iguazú, de 1.300 kilómetros de longitud, parece un río sumamente tranquilo y normal hasta que, en una prueba de poder sin igual, se desmadra, se ensancha, se precipita y se desparrama por las 275 cascadas, que pueden llegar a 350 en la época de lluvias, que abarcan un área de más de tres kilómetros de anchura y hasta 90 metros de altura.
Son las cataratas de Iguazú, dicen, las más bellas del planeta. Unas cataratas a las que ni un millón de fotografías puede hacer justicia; unas cataratas que es preciso ver y oír para apreciarlas en todo su esplendor. De la tranquilidad a la locura en sólo unos segundos: un río aparentemente como otro cualquiera que de repente estalla en mil pedazos para volver a recomponerse unos cientos de metros después. Cuentan que miles de años antes de ser descubiertas por el hombre blanco eran un lugar sagrado donde se enterraba a los miembros de las tribus tupí-guaraní y paraguas. Las descubrió en 1541 el español Alvar Núñez, Cabeza de Vaca, y las llamó Saltos de Santa María, nombre que cayó en el olvido para recuperar el legítimo vocablo tupí-guaraní de Iguazú, que lo quiere decir todo: aguas grandes.

El que quiera ver estas aguas grandes de verdad, tendrá que hacerlo desde Brasil y Argentina. Quien vea las cataratas sólo desde uno de estos países no podrá decir que las ha visto realmente, se quedará únicamente con una imagen parcial. Es imprescindible realizar un pequeño viaje de Brasil a Argentina o de Argentina a Brasil para ver las dos caras de esta moneda. Tan diferentes y tan complementarias. El lado brasileño aporta la globalidad de las cataratas, la vista más general; mientras que el lado argentino nos acerca al precipicio, nos ofrece primeros planos, hace que nos asomemos a la misma puerta del infierno.

Aunque tiene menos cascadas que su vecino argentino, el lado brasileño ofrece mejores vistas y la posibilidad de apreciar las cataratas desde el aire, desde el propio río y desde tierra. Pocas experiencias viajeras como la de acercarte en lancha hasta la mismísima Garganta del Diablo: el vaivén torrencial de las aguas, el rugido violento de éstas cuando caen, sentirte en medio de una gran explosión de agua, la sensación de ser etéreo, casi inexistente; el deseo irrefrenable de querer abrir los ojos y empaparte, y nunca mejor dicho, de todo lo que te rodea... A la derecha, las cascadas Dos Mosqueteros y Tres Mosqueteros; a la izquierda, las de Santa María y Floriano. De frente, el vientre de la ballena. Y no puede faltar a la cita, claro está, el arco iris, que desde allí abajo parece indicarnos una salida al más allá.

Después, si no se tiene miedo a los helicópteros y a los bandazos, hay que sobrevolar la zona, ver desde arriba el hachazo que la naturaleza (el origen de las cataratas se debe a una erupción volcánica acaecida hace millones de años) ha hecho con el curso de un río pacífico y que por arte de magia se convierte en salvaje para posteriormente volver a ser lo que fue. La vista aérea del Parque Nacional de Iguazú, que fue declarado como tal en el año 1939 y Patrimonio de la Humanidad en 1989, nos ofrece una panorámica general del río antes, durante y después de llegar a las cataratas y de toda la exuberante vegetación que lo invade, más contundente en Brasil, más cercana en Argentina.

La tercera excursión brasileña nos conduce a los observatorios de los saltos de Floriano y de Santa María. Allí las vistas del lado argentino y de la propia Garganta del Diablo, mejor si es con la luz de la mañana, son dignas de contemplarse con tranquilidad, con tiempo, con los ojos muy abiertos para observar todo lo que sucede delante de nosotros, y hacerlo en completo silencio, para que el sonido del agua, ensordecedor en muchos momentos (el estruendo de las cataratas puede oírse en 15 kilómetros a la redonda), se apodere de la escena.

Atravesando el Ponte Tancredo Neves, sobre el propio Iguazú, se llega al lado argentino, o lo que es igual: a otra forma de ver las cataratas. Son las mismas pero se ven diferentes. Existen tres circuitos que permite observarlas desde abajo (sendero inferior), desde arriba (sendero superior) y el tercero que llega hasta la Garganta del Diablo. El circuito inferior, de kilómetro y medio de longitud, permite ver las cascadas de abajo arriba; se pueden ver los saltos de Alvar Núñez, Bossetti y Dos Hermanas, donde se rodó una de las escenas más famosas de La Misión. También se puede llegar a la orilla del río y coger un barco a la isla San Martín.

RIADAS. El circuito superior ha cambiado en los últimos años. Antes, sus pasarelas de cemento llegaban hasta la Garganta del Diablo, pero estas fueron arrasadas por las riadas. Ahora el tamaño del circuito es reducido, 700 metros, pero sus vistas intensas. Desde sus miradores se pueden ver desde arriba los saltos de Bossetti y Dos Hermanas y los de Bernabé Méndez y Mbigua.

La tercera excursión nos conduce al corazón de las cataratas, a la garganta, a las 14 cascadas dispuestas alrededor de un pequeño y cerrado agujero pintado de espuma, vapor y agua que impiden ver el fondo a los que se atreven a mirarle a los ojos. Por la nueva pasarela de acceso, a la que se llega en un pequeño tren ecológico, se pueden ver los restos de la anterior. Las pasarelas de ahora dejan pasar el agua por todos los lados y además son desmontables.

La luminosidad es absoluta frente a los ojos del diablo y el espectador tendrá que poner en guardia todos sus sentidos para no perderse ningún detalle, para no convertirse en agua, para no evaporarse. Ruido y blancura, fuerza y transparencia. Esta morada de Lucifer, saturada de neblina, que empapa al observador, es el punto álgido de este río, de estas cataratas. Todo está allí, todo pasa por allí. Si uno tiene paciencia, y es capaz de acostumbrar sus ojos al brillo de tamaña cantidad de agua, podrá observar a los vencejos —esos que son capaces de copular en el aire— lanzarse sobre los riscos para cazar a los insectos en pleno vuelo y después atravesar las densas cortinas de agua para trasladarse a descansar sobre los acantilados.

Y es que no sólo de agua vive este paraíso. En el Parque Nacional de Iguazú, que tiene una extensión de 1.700 kilómetros cuadrados, que además de Brasil y Argentina se adentra también en Paraguay, conviven más de 2.000 especies de plantas y 1.100 de aves y mamíferos: mariposas, papagayos, periquitos, pájaros carpintero, colibríes, lagartos, hormigas de hasta tres centímetros, arañas de numerosos colores, tucanes, monos, ciervos, perezosos, osos hormigueros, mapaches, jaguares, tapires, caimanes, armadillos y, claro está, vencejos... Este paraíso cercano habita en Iguazú, allí donde nace el arco iris.

GUÍA


COMO LLEGAR

Iberia (Tfno: 902 400 500) tiene vuelos directos todos los días a Buenos Aires. Aerolíneas Argentinas (Tfno: 902 365 747) también vuela de forma directa a la capital desde Madrid y Barcelona.

DONDE DORMIR

Dentro del Parque Natural de Iguazú se puede elegir el Hotel Sheraton Iguazú (Tfno: 54 37 57 491 800), que se encuentra en la parte argentina del parque. El Hotel Das Cataratas (Ruta 12, kilómetro 4. Tfno: 42 11 00) se ubica en la parte brasileña.

DONDE DORMIR

Oficina de Turismo de Puerto Iguazú (c7 Avda. Victoria Aguirre, 31. Tfno: 00 54 37 57 42 08 00). Embajada de Argentina en España (Pedro de Valdivia, 21. Madrid). En Internet se puede consultar la página web www.iguazuargentina.com, donde facilitan información sobre las cataratas, los guaraníes y la vida en el parque natural.


Geografía: Puerto Iguazú se encuentra ubicado en el extremo norte de la provincia de Misiones. Es una pequeña ciudad limítrofe con Paraguay y Brasil, enclavada en la confluencia de los ríos Paraná e Iguazú. Las cataratas distan de Puerto 17 kilómetros.

Población: En la zona de Iguazú hay unas 58.000 personas.

Idioma: EL castellano es la lengua oficial.

Moneda: La divisa oficial es el peso.

martes, 18 de mayo de 2010

"La espiritualidad y cosmovisión Guaraní"

Desde el mismo momento de la conquista hispánica, llamo la atención de los conquistadores y colonizadores el hecho de que los guaraní no poseyeran templos, ni ídolos o imágenes para venerar, ni grandes centros ceremoniales.

No dudaron en concluir que se trataba de un pueblo sin ningún tipo de creencias religiosas. La verdad era otra, la religiosidad existía y era profundamente espiritual, a tal punto de no necesitar de templos ni de ídolos tallados.

Ñanderuvusu, nuestro padre grande, o Ñamandu, el primero, el origen y principio, o Ñandejara, nuestro dueño, eran los nombres que hacían referencia a un En cuanto a la RELIGIÓN podemos señalar que es el centro del cual proceden formas de comportamiento y la cultura misma del indígena. Los Guarani son monoteístas. Los Mby'a -estudiados por Cadogan- creen en Ñande Ru Papa Tenonde (nuestro padre, el último entre los últimos, pero el primero de todos), los Pâi por su parte veneran a Ñane Ramói Papa (nuestro abuelo ultimo y primero). En fin, el solo hecho de concebir la existencia de dicho Dios, es signo elocuente de su comprensión del proceso de la creación, con fundamento religioso, claro.
Por otra parte, el concebir un padre, último y primero, es algo notablemente llamativo, que no todas las culturas primitivas llegaron a concebir. El Dios descripto por Cadogan, a más de crear el universo, la tierra, los animales, vegetales, minerales, al ser humano, etc; primero crea el fundamento del lenguaje humano (el idioma, la palabra), una porción de amor al prójimo, y crea un himno sagrado, en su soledad; y hace que formen parte -el lenguaje, el amor, y el himno- de su propia divinidad. Este principio justifica el tremendo valor que tiene para el indígena, la palabra. El ñe'êngatu , por consiguiente, es quien tiene el don, la virtud de usar la palabra.
Por otra parte, él busca el aguyje y lo logra mediante el tekokatu , es decir la vida plena. El indígena busca el tekokatu, mediante ejercicios morales, físicos, y conviviendo en armonía con la naturaleza. La palabra katu ( ngatu ) es también una excelente unidad para medir los alcances de la civilización Guarani. Katu quiere decir pleno o perfecto, por ello la Iglesia Cristiana toma la expresión Marangatu (Marä'ÿ = inmaculado + ngatu = perfecto) para referirse a los santos. El indígena tiene la concepción de lo perfecto y de la perfección, otra virtud que no todas las culturas antiguas concebían.
Además del tekokatu, el indígena plantea el tekojoja (vida justa, igualitaria), y también, pone de manifiesto el jekupyty (teko + rupyty), sinónimo de solidaridad.
Quien no ingresó al mundo profundo del Guarani puede seguir juzgando equivocada y hasta maliciosamente, pero quien conoce una parte de aquella cosmovisión Guarani, no puede menos que asombrarse y ponderar extraordinariamente los altos kilates de la Civilización Guarani. 500 años y un poco después del "descubrimiento oficial" del continente americano, la palabra Guarani, el idioma Guarani, sigue vigente, y hablado por la mayoría de la población paraguaya, tan solo a manera de un ejemplo.
Mucha gente ignorante de la cosmovisión Guarani, se preguntó mas de una vez, si por que ellos no trabajan como "nosotros", o porqué no construyen como "nosotros". Y la cuestión y su explicación pasan en este caso, por una cuestión filosófica-religiosa.
El Guarani tiene una concepción muy espiritual -no materialista- de la vida terrena. Él no viene a la tierra para vivir eternamente, es un simple transeúnte hacia otra meta ; es un individuo de corta existencia terrenal, así piensan y dicen ellos. Por esa razón, es que para el Guarani la tierra, los animales, los vegetales, los minerales, en fin, la naturaleza no tiene "dueños".
El Guarani viene al mundo terrenal para lograr una perfección, un estado de plenitud, el aguyje . Para ello debe convivir armónicamente con sus semejantes y fundamentalmente con la naturaleza que le rodea. Debe usar la naturaleza pero racionalmente, pensando fraternal y solidariamente en los demás. En la naturaleza cada componente tiene un genio protector ( Jarýi o Póra ), así; tajy jarýi, guasu jarýi, ka'a jarýi, etc. los cuales se manifiestan -para advertir o sancionar- a quienes osaren abusar de la naturaleza, por ejemplo matando 20 guasu, cuando que probablemente precise de uno solamente para alimentarse él y su familia, y para dar (porombojopói) a algún vecino.
El uso de la naturaleza conlleva al agotamiento de la misma y es esa señal, la que mueve al indígena a buscar una tierra nueva, fértil, virgen, no explotada aún, es el yvy marâ'ÿ ; a la cual llega mediante un constante peregrinar nómada. El lugar abandonado volverá a regenerar y servirá a otros. Esta es la razón fundamental del nomadismo Guarani.
En principio el indígena se dedicaba a la simple recolección (po'o. Po = producto + 'o = extraer, sacar). El nomadismo no tiene su causa única -como muchos piensan- en la necesidad de migrar luego del fallecimiento de algún líder, pues su alma quedará rondando y molestando a la comunidad; sino y fundamentalmente, tiene su causa en la necesidad de hallar un nuevo yvy marä'ÿ. Recordemos que era común el culto a los huesos -Cadogan lo recuerda en su obra Ayvu Rapyta- de allí que los indígenas recuperaban los huesos de sus difuntos, y los llevaban consigo; ofreciéndoles frecuentemente sus plegarias, cantos y danzas (ñembo'e jeroky), procurando la reencarnación, inspirados en el mito -que sobre la reencarnación- protagonizó el mítico Pa'i rete kuaray.
Otra seña de la conciencia de que la vida terrena es pasajera, es el hecho de que el indígena nunca puso su nombre a un lugar -costumbre común entre paraguayos y extranjeros- en nombres de ciudades, calles, etc. Más bien, él toma su nombre de la naturaleza, así: Kapi'ata, el Mburuvicha toma su nombre del vegetal kapi'i'atâ. El indígena es un profundo protector y conocedor de la naturaleza. Su vida tiene sentido, tiene razón en el monte.

El Concepto Guaraní de Dios

El dios de los guaraníes es un dios creador, creó el universo y todo cuanto en él existe. Los guaraníes creen que antes de la creación existían las tinieblas: El Pytúyma: las tinieblas originarias o tinieblas antiguas, pero el creador guaraní creó en virtud de su palabra y anima y da vida al mundo y cuanto en él existe, es decir, el dios guaraní es creador, animador y sustentador de su creación.

El dios de los guaraníes es un ser espiritual. El dios guaraní es espíritu puro, sin forma, sólo perceptible por sus atributos, que anima e impregna todo el universo. La concepción espiritual que los guaraníes tenían de su dios hacía que no tuvieran ninguna figura o imágenes para representarla, no fueron idólatras como los otros pueblos nativos que generalmente representaban a su dios en grotescas figuras.

El dios guaraní es espíritu, no asume forma alguna (sin embargo los guaraníes consideran el trueno, el relámpago o el rayo como las manifestaciones visibles de su dios).

El dios guaraní es la fuente del bien y del mal. Hace el bien tanto como el mal o mejor permite que ambas cosas sucedan. Así como el bien es necesario, también el mal es necesario o tiene su razón de ser entre los guaraníes.

El dios guaraní es inexorable, nada desvía sus designios, su voluntad no se cambia resultando ineficaz toda compenetración. No existe plegaria o ruego al dios guaraní, el guaraní no intenta pedir nada a dios, porque es inútil, no es como en la concepción cristiana donde se trata con un Dios misericordioso. Los guaraníes no oran. (es extraño este hecho de la ausencia de la plegaria en la cultura religiosa de los guaraníes).

martes, 16 de marzo de 2010

PARTE 2


Bueno ..... después de estar dando vueltas durante 9 horas en área restringida del aeropuerto de Buenos Aires y pagar por un café con leche unos 15 dolares por fin llega la hora de coger el vuelo 1262 de aerolíneas argentina con destino Madrid.
El vuelo fue bastante tranquilo hasta la mañana del sábado 27 que nos despiertan para darnos el desayuno (un triste café y un mini bollo con dulce de leche), el viaje sigue y de repente el silencio se corta dentro del avión por tum....tum.... les habla el capitán:
Colocar los hacientos en posición vertical y abrochar ce los cinturones es que nos quedan 1:30 hs. para aterrizar en el aeropuerto de Madrid - barajas, pero que sobre España había un frente de aire muy fuerte(especifica el km por hora)y un tum.....tum....... y de nuevo el silencio se apodera del avión.
Pasados unos 10 minutos entramos en algo parecido a una turbulencia ...... que continuo creciendo según íbamos bajando. Otros 10 minutos más y las asafatas (por cierto muy mayores y con muy mala leche) estaban todas abrochadas; en ese momento mi corazón empezó a latir con mas fuerza y las turbulencias que jamas paraban y cada ves iban con mas fuerza y así hasta que aterrizamos en barajas (una hora y media después que el capitán nos informo de las turbulencias).

Yo pensé que jamas llegaríamos sanos: DIGO por la forma de moverse del avión (por cierto el avión tenia sus años)y ya cuando todo parecía terminar y por fin tocamos tierra algún objeto no identificado se mete en una de las turbinas del ala derecha donde estaba justamente yo y se produce una llamarada espontánea que a los que íbamos de ese lado nos da un susto de muerte.

Por fin se para en avión y se abren las puertas y yo me precipito por ser el primero en bajar..... y os juro que por fin entendí lo que hacia Juan Pablo II eso de besar la tierra porque nunca me puse mas contento de pisar tierra como ese día y ahí de rodillas bese y bese sin para mi querido planeta.

lunes, 15 de marzo de 2010

esta historia continuara......................

lo que fue la vuelta MADRID..????

Debo empesar dando gracias a DIOS por que existe algo que se llama tierra.
La aventura empieza en el aeropuerto Silvio Petirosi de Asución Paraguay el día 26 de febrero de 2010.

12:00 am tomo un vuelo de aerolineas argentinas con destino Buenos Aires, sale puntualmente. Llegó a Buenos Aires y nos comunican que el vuelo que nos traeria a Madrid sale con 9 horas de retraso, primer traspie. Bueno resignación y a esperar